Acné, ¡Lo descubrimos todo!

Acné, ¡Lo descubrimos todo!

En esta nueva entrada del blog queremos abordar la patología cutánea como es el acné; descubrir por qué se produce, tipos de acné, cómo debemos tratarlo y sobre todo cuales son las recomendaciones domiciliarias que os pautamos desde la farmacia.

El acné nos ocupa en torno a la mitad de las consultas que recibimos en nuestros dermoasesoramientos ya que más del 80% de la población juvenil lo sufre y también un alto porcentaje de la edad adulta, sobre todo mujeres. Esta alteración cutánea debe ser tratada lo antes posible ya que también conlleva un impacto psicológico del paciente que lo sufre. Es fundamental que sea diagnosticado por un dermatólogo, se trata de una patología cutánea por lo tanto debe ser diagnosticada por el especialista. De esta forma sabremos cuál es el origen y si debemos de combinar nuestro cuidado diario domiciliarios con algún tratamiento oral bajo prescripción médica.

El acné es una enfermedad cutánea de nuestra glándula sebácea, estas glándulas están repartidas por todo el cuerpo menos en zona plantar y palmar, por lo cual se puede sufrir en cualquier zona aun que lo más frecuente es que se manifieste en zona de rostro y parte alta del tronco. La principal característica es la sobreproducción sebácea de estas glándulas lo que llevan al caldo de cultivo perfecto para la proliferación bacteriana de Cutibacterium acnes. Esta estimulación viene provocada por la hormona androgénica por lo que es muy común que se sufra en el periodo juvenil con el cambio hormonal o mujer adulta a partir de los 25 años con su función hormonal algo alterada (las dos formas de acné más comunes).

Dentro de la patología podemos clasificar la severidad dependiente de la gravedad de las lesiones que presente:

1. Acné leve: alta seborrea y comedones.

2. Acné moderado (forma más frecuente): alta seborrea y lesiones cutáneas inflamatorias.

3. Acné grave: es obligatorio el seguimiento dermatológico ya que necesitará medicación que necesita prescripción médica.

Diferentes tipos de lesiones que podemos encontrarnos:

Activos cosméticos beneficiosos en el acné:

- Niacinamida: esta vitamina B3 presenta capacidad seborreguladora, antioxidante y antiinflamatoria, por lo tanto, es un activo altamente beneficioso para incluir en nuestra rutina de cuidado diario.

- Ácido salicílico: hidroxiácido con capacidad queratolítica y seborreguladora. Presenta gran afinidad por el ambiente graso, de esta forma puede introducirse en el poro arrastrando el exceso de sebo y evitando que se formen comedones.

- Ácido azelaico: propiedad antibacteriana, seborreguladora y control de pigmentación asociada a la inflamación que produce el acné.

- Retinoides: regular secreción sebácea y mejorar textura irregular, además de promover un recambio celular adecuado para hacer prevención antiedad.

Recomendaciones domiciliarias:

- Tener una toalla específica para el secado del rostro tras la limpieza y lavarla con alta frecuencia para evitar así su contaminación.

- Cambiar con frecuencia las sábanas, de esta forma evitamos la sobreinfección.

- Buen hábito alimenticio evitando alimentos con una alta carga glucémica ya que aumenta los niveles de andrógenos.

- Evitar productos comedogénicos.

Dentro de las recomendaciones de cuidado domiciliario habrá que diferenciar ante que paciente nos encontramos, ya que un acné adolescente seguramente no lo tratemos de la misma forma que un acné de mujer adulta.

Acné adolescente

Pautaremos una rutina sencilla para tener buena adherencia a la misma y poder visualizar resultados. Siempre nos centraremos en una buena higiene mañana y noche, fundamental para eliminar ese exceso de sebo, pero sin alterar nuestra barrera cutánea ni arrastras lípidos cementantes.

En la rutina de día no podemos olvidar poner nuestro protector solar, de esta forma evitaremos que no tengamos pigmentación asociada a la inflamación producida por el acné. Elegiremos un producto que además protección lleve activos de tratamiento como puede ser la niacinamida.

En nuestra rutina nocturna volveremos a relizar la limpieza purificante y seguidamente pondremos un cosmético de tratamiento que nos mejore esa sobreproducción sebácea, acelere proceso de curación y evite marcas residuales.

Es una rutina sencilla, pero con la que obtendremos grandes cambios para un acné juvenil siempre que nos encontremos dentro de la categoría de acné leve o moderado.

Acné adulto (a partir de los 25 años)

En este tipo de rutina debemos mejorar el exceso de sebo y las diferentes manifestaciones que presentemos, pero además hay que añadir que debemos fomentar la producción de colágeno para así evitar un envejecimiento prematuro de la piel. El sebo que presenta en exceso una piel adulta acelera ese proceso de envejecimiento ya que nuestra piel sufre oxidación lipídica lo que conlleva a presentar una piel mucho más reactiva y de una tonalidad poco saludable.

La limpieza mañana y noche seguirá siendo paso fundamental para conseguir resultados de éxito. Siempre un limpiador purificante pero que no alter nuestro manto hidrolipídico.

Seguidamente pondremos un buen serum antioxidante que nos seborregule y además evite esa oxidación lipídica que realiza nuestra piel por el exceso de grasa.

Por último, en nuestra rutina de cuidado diario pondremos nuestro protector solar.

Nuestro cuidado domicialirio nocturno vendrá marcado por una buena doble limpieza para asi conseguir retirar todo el exceso de sebo acumulado durante el día seguido de nuestro tratamiento, ideal realizar alternancia en noches alternas con diferentes activos para conseguir resultados más idóneos.

Una muy buena opción será combinar retinoides con ácido azelaico en alternancia para conseguir retexturizar la piel, evitar envejecimiento prematuro, seborregular y acelarar proceso de curación de las lesiones evitando que dejen marcas residuales o hiperpigmentación.

Textuta gel, y activos como el bisabolol para evitar la posible irritación.

Cuando tenemos que marcar las pautas domiciliarias para el tratamiento del acné es imprescindible un buen asesoramiento para elegir los activos más adecuados que nos proporcionarán lo mejores resultados, y además será un acompañamiento que realizaremos una vez que el dermatólogo a diagnosticado. De esta forma conseguiremos resultados de éxito.